Esta es la magnífica portada de El niño que bebió agua de brújula, realizada por Emilio Torné. No sé si el interior del libro estará a la altura de la cubierta. El poemario comienza ya a distribuirse en librerías y estará disponible también en Amazon España. A este niño lo edita Calambur, una de las mejores editoriales de poesía que conozco. Es un honor para mí estar en su colección.
Hace unas pocas semanas, en la sección Uni-versos del suplemento cultural de ABC, se publicó un anticipo del libro. La labor que Amalia Iglesias realiza para la poesía en ese suplemento no tiene precio. Voy a incluir sólo uno de los dos poemas aparecidos en ABC.
Aunque el poema lo escribe el sujeto poético enamorado de su amada, lo he elegido porque, sin tener la textura poética de otras partes del libro, refleja el tiempo en el que vivimos. Todos conocemos a amigos o familiares que han sido despedidos y todos sufrimos, en mayor o menor medida, este desorden económico mundial que se lleva construyendo tantos años: las personas en mercancías, las finanzas como dueñas del mundo, la injusticia... Sirva este poemita como pequeño homenaje a tantísimas personas que lo están pasando mal en un mundo que avanza hacia su propio abismo