¿Trienio Liberal o trienios atlánticos? A ambos lados del océano, las revoluciones ibéricas de 1820 tuvieron repercusiones trascendentales, bien porque sirvieron de fuente de inspiración, bien porque crearon expectativas, temor o rechazo. Se inauguró entonces un proceso complejo y dinámico que culminaría con la pérdida de la América continental para las monarquías hispana y lusa. De ahí en adelante los procesos de construcción nacional se irían abriendo paso. Los cambios acaecidos en esos contextos supusieron, como posibilidad, no solo la superación de los paradigmas de la Europa legitimista, sino también un no retorno al Antiguo Régimen. Liberales y reaccionarios habían aprendido de las experiencias históricas inmediatas, por ello el presente y, sobre todo, el futuro se pensaron ya en otros términos.