La financiación del terrorismo ha sido objeto de poco estudio detallado que permita conocer con precisión sus fuentes y evolución. En este libro, Mikel Buesa aborda esta cuestión en el caso de ETA y el Movimiento de Liberación Nacional Vasco. El autor reconstruye, a partir de información hasta ahora dispersa, los datos que permiten cuantificar los recursos de los que dispuso esta organización terrorista desde 1967, cuando decidió emprender una campaña de asesinatos, hasta 2010, cuando finalizó su campaña de atentados. En estas páginas, se analizan los rendimientos obtenidos mediante la violencia, tales como atracos, secuestros de personas adineradas, extorsiones a empresarios y robos, así como los logrados a través de las entidades del MLNV mediante la captación de subvenciones públicas, beneficios comerciales y fraude fiscal. El lector descubrirá que, entre los primeros, los rescates pagados por las familias de los secuestrados jugaron un papel principal, mientras que la extorsión y otras fuentes tuvieron una importancia secundaria. En cuanto a los segundos, destacan los fondos proporcionados por el