«Geai llevaba muerta dos mil trescientos cuarenta y dos días cuando comenzó a sonreír.» Así comienza Geai, con una sonrisa liberadora, transgresora, valiente. Así la describe Christian Bobin: «Su sonrisa libera al hielo de su oscuridad, su sonrisa libera al mundo entero de su oscuridad».
Albain, un niño de ocho años, se encuentra con esa sonrisa que cambiará para siempre su vida. Albain crece, y lo hace en compañía de Geai, o lo que es lo mismo, en compañía de la verdad. «La verdad es increíble» para Bobin. Esa cercanía a la verdad hace de Albain un muchacho diferente, alguien que busca su lugar en el mundo, que quiere mirar el mundo con el arrojo de quien lo viera por primera vez, que pusiera un nuevo nombre a todas las cosas. Para Albain «no estar en el mundo no es un problema es justamente una gracia».
Geai no necesita mucho para hechizarnos, un niño de ocho años, una chica con un vestido rojo de algodón bajo el hielo y la vida, una vida que «es un regalo cuyos finos lazos desato cada mañana, al despertarme».
Albain crece y se hace un hombre, un hombre que vive plenamente, como todos podríamos vivir.
«¿Puede una sonrisa cambiar el rumbo de una vida? ¿Puede una sonrisa, sabiendo que no dura más que una décima de segundo, ser tan sólida como para sostener una vida entera, años y años?» Quizás las cosas más sólidas de nuestra vida jamás puedan llegar a verse ni a tocarse, simplemente están ahí. Lo sabemos. Para Jorge Luis Borges lo infinito es un movimiento circular que siempre conduce al comienzo. Este pequeño texto poético es un fragmento de infinitud.
Christian Bobin, nacido en 1951 en Creusot, Francia, es un escritor y poeta poco conocido aún en España, pero de una larga y reconocida trayectoria en Francia, donde ha sido galardonado en 2016 por la Académie Française por el conjunto de su obra poética. Es autor de obras en las que los títulos se iluminan los unos a los otros, como los fragmentos de un solo puzle. Escribe en pequeños formatos, pequeños libros, llenos de vacío, de espacio tiene más de sesenta obras publicadas en Francia. En 1993 su libro El Bajísimo obtiene el Prix des Deux Magots y lo saca del anonimato en que había estado escribiendo hasta ese momento. En castellano es posible encontrar ya traducidas, las siguientes obras: Autorretrato con radiador, Un simple vestido de fiesta, Las ruinas del cielo, La más que viva, Elogio de la nada, Negro claro, La dama blanca, El Bajísimo, La presencia pura, Resucitar, Un asesino blanco como la nieve, El encanto sencillo y El hombre alegría.
Christian Bobin es un hombre de Silencio, que mira atento y asombrado el presente y a través de esa mirada puede contemplar la vida tal como es, expresándola con esa misma belleza y levedad que la vida contiene. La poesía de Bobin es breve, ligera, porque como él dice: Ningún libro debería ser más pesado que la luz. Ninguna escritura debería hacer más ruido que una sonrisa. Todos sus libros profundizan en el auténtico sentido de la vida y contagian confianza y ganas de vivir.