Muchas veces es privilegio del escritor volver la vista sobre nuestro pasado y recobrar para todos la memoria viva, el espíritu de un tiempo que ignorábamos o creíamos olvidado. En los cuentos que forman La hoja del ginkgo biloba, Miguel Rojo recupera con absoluta maestría la España de los años 60 en una Castilla austera que convierte en metáfora de la grandeza y la miseria de la época terrible en que vivieron nuestros padres.
El azar ?una cajetilla de tabaco tirada al río, un muñeco de paja?? gobernará inexorablemente la vida de los protagonistas para cerrar un círculo perfecto de miedos y sueños. Ciudades como Sahagún, Bruselas o Barcelona serán los decorados por donde se muevan luchadores antifranquistas, mujeres atrapadas en su tiempo o jóvenes que anhelan el sexo?
No hay impostura en esta obra que nos habla de la gente sencilla y su vida cotidiana, todo es verdad, sorprendentemente real, porque verdadera es siempre la gran literatura cuando desnuda el alma humana.