Iniciamos esta
serie de poesía Nuevos textos sagrados
con El ala de la gaviota, de un gran
poeta argentino recientemente fallecido, Enrique
Molina. Era hora de que volviéramos a Argentina para dar a conocer a otro poeta de culto en su país, Arnaldo Calveyra, extrañamente aún
apenas conocido en el resto del mundo hispano, sin embargo -paradojas del
destino de los poetas- ampliamente traducido y muy apreciado en Francia. El hombre del Luxemburgo es su poemario más reciente, en el que culmina y
converge su mejor y más brillante sensibilidad poética.
Un hombre,
paseando una tarde por París (aunque podría tratarse de otra ciudad
cualquiera), entra en los Jardines del
Luxemburgo (que también podrá ser cualquier jardín del mundo). Meditativo,
la contemplación de la hojarasca, de la fuente -tan sola-, de los árboles y las
nubes despierta en él otras imágenes o escenas, muy lejanas ya, que sucedieron
en tierras remotas, allende el océano. Y en la escisión entre los dos
horizontes -el pasado y el presente, la infancia y la madurez, la patria
primera y la adoptiva- surge, en deslumbrante sintaxis, en vertiginosos
pensamientos que se imponen con violencia al lector, un mundo hecho de luz y
destellos, ya de la memoria, ya del paisaje contemplado ; un mundo, en
última instancia, que sólo puede darse en la poesía.