La metáfora de la caverna de Platón es la imagen por antonomasia de la emancipación del género humano. En ella verdad y libertad, contemplación y acción van indisolublemente unidas, pues la conversión al cielo de las ideas implica la exigencia política de que el filósofo baje otra vez a la caverna para liberar a sus conciudadanos. La actitud filosófica es así la propuesta de una alteridad dignificadora que denuncia la injusticia del estado de cosas existente con miras a su transformación. Frente a esta, otra metáfora, la jaula de hierro de Max Weber, se alza como paradigma de la imposibilidad de trascender todo horizonte presente; contra el encantamiento utópico de la fuerza transformadora, el desencanto nihilista que culmina en la figura, hoy hegemónica, de soportar el mundo con cínica resignación.
Este libro invita a construir una razón utópica capaz de vencer a la ideología que entroniza lo existente, esto es, el mercado global transfigurado en jaula de hierro. Bebiendo en las fuentes del idealismo alemán, sobre todo en Fichte, donde halla la inspiración para una filosofía de la acción, y ahondando esta idea de la mano de Marx, Gramsci, Bloch o Gentile, Diego Fusaro plantea una alternativa acuciante: idealismo o barbarie. Ante la apología del fatalismo imperante, el programa de una nueva filosofía de la praxis ?que atribuye la primacía ontológica al sujeto que se objetiva en la temporalidad histórica? exhorta a despertar del sueño dogmático de la apraxia contemporánea y de la pesadilla posmoderna del final de la historia.