Último poemario de la joven poeta aragonesa, una de las voces poéticas con mayor proyección. Dice en el prólogo, Jorge G. Aranguren: "Marta pertenece a ese tipo de poetas que resguarda su mundo, que nos va dando, alquitarados, los zumos de una interioridad que adivinamos poderosa, contraria a cualquier adherencia que pudiera romper ese hilo fino, ese fluir intenso y a la vez sosegado, como si su espíritu estuviese hecho de cera de panal para derretirse suavemente, sin prisa y con isocronía acompasada e inteligente, sobre nuestra conciencia". (...) "Hay tres virtudes que resaltan poderosamente en los textos de nuestra amiga: equilibrio, madurez y mesura. Con estos tres reyes de la baraja ella juega su partida -en solitario- para después mostrarla con calculada sagacidad"