Decía T. S. Eliot que el arte no actúa de manera singular eindividual, que se repite en anillos concéntricos a lo largo de laHistoria. Es difícil no encontrar paralelismos en las generaciones más jóvenes con la poesía de Raúl Alonso. Su discurso poético convive ysabe escuchar a coetáneos y precedentes, se mueve siempre en torno alequilibrio: no cae en el confesionalismo íntimo sin por ello nopoetizar desde la intimidad; no cita o alude a autores de maneraacumulativa, sino que pretende una manera de acercarse al texto comouna sola voz compuesta de múltiples voces, de enriquecimiento continuo y exploración. En él se halla, sin duda, el antiguo combate humanista de la razón y del sentimiento, pero en su poesía este combate serepresenta en un pulso medido entre ambos estados del ser que favorece una experiencia de conocimiento.