"Edith tenía dieciséis años cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungría y se la llevaron con el resto de la familia a Auschwitz. Sus padres fueron enviados a la cámara de gas y ella permaneció junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvó su vida, y a partir de entonces empezó una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde se convirtió en discípula de Viktor Frankl. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que había vivido y de perdonar como camino a la sanación.