Cerbero es uno de los puestos más avanzados en la colonización del Sistema Solar en el año 2.427. Convertido en penal, tres reclusos han sido sus únicos habitantes durante los últimos quince años, condenados a la extracción de plata en aquel olvidado pedrusco en la órbita de Plutón. En la soledad de su base, rebautizada por estos como su Santo Monasterio, la convivencia se ve alterada a partir del momento en que uno de ellos recibe una extraña comunicación cuya señal no es capaz de identificar, pero que apuntala la convicción de su inocencia. Desencriptado el mensaje, los reos tendrán que dilucidar si están siendo víctimas de su propia locura o alguien ha hecho llegar hasta sus manos, como mensaje en una botella, un verdadero plan de fuga. Acompañado de un estilo pulcro, una narrativa poética y unos ingeniosos diálogos que conceden notas de humor e ironía, Daniel Cotta bien podría ser el precursor de un nuevo subgénero dentro de la ciencia ficción española: el policronismo mágico. Un viaje hacia lo trascendental y el sentido de la maravilla donde los distintos instantes del universo que rigen el mismo hilo narrativo acogen singularidades que visten, al tiempo, un halo de cotidianeidad.