La supervivencia de un soldado depende de lo que lleva. Pero un soldado también lleva su memoria, lleva amuletos, fantasmas del pasado, objetos triviales que le recuerdan que hay otra vida más allá de la guerra. Los soldados de la compañía Alfa, que combatió en Vietnam, llevaban todo lo que podían. Y esos hombres y esas cosas aparecen en las historias que nos cuenta Tim O'Brien, que también combatió en Vietnam, y participa en su libro a veces como un soldado de veintiún años, o como un escritor maduro que recuerda. Así, en «Viaje al campo», el autor vuelve a Vietnam a buscar el lugar donde murió su mejor amigo. Y «En el río Rainy» cuenta cómo, tras haber huido a Canadá, decidió regresar y aceptó ir a la guerra, porque sintió que, de no hacerlo, no podría soportar las miradas de la gente de su comunidad. Pero este «Timmy O'Brien» es también un personaje ficticio. Porque, como afirma el autor de estos espléndidos relatos, la mejor manera de contar «historias verdaderas» es inventarlas.
«Qué voz más desnuda y terrible» (Jacinto Antón, El País); «Un espléndido, estremecedor y muy sensible fresco sobre la guerra de Vietnam» (Miguel Dalmau, La Vanguardia); «Un doloroso ejercicio de honestidad llevado a cabo con absoluta sinceridad y rigor. Un relato soberbiamente ejecutado» (Eduardo Lago); «Nos permite comprobar que Apocalypse Now, de Coppola, no era sino un juego de niños al lado de este relato» (Marc Soler, Avui).