El Valiente», epíteto con el que fue conocido en su tiempo Manuel Ponce de León, dejó escaso rastro biográfico en las crónicas oficiales del siglo XV. Apenas unas referencias a su entrada en Segovia al mando de las tropas sevillanas al servicio del infante-rey don Alfonso, a la conquista de la plaza musulmana de Cardela, destacando los cronistas su voto de caballero de pasar a Berbería y no volver hasta haber vencido a tres guerreros moros en singular combate. También conocemos su participación en la sangrienta guerra de bandos sevillana, la rebelión contra su hermano por el condado de Arcos, la capitanía de la milicia de la Santa Hermandad sevillana y algo de su participación en la conquista de Granada.
Sin embargo, la escasa presencia de don Manuel Ponce de León en las crónicas oficiales contrasta con el destacado protagonismo que ostenta en el romancero fronterizo, como prototipo de caballero que participa en combates singulares, enfrentado a adversarios temibles o superiores en número, adornado siempre con los más nobles valores caballerescos. Un protagonism