Hay una idea muy extendida según la cual el conjunto de militares sublevados el 18 de julio de 1936 era un bloque ideológicamente compacto junto a Franco en defensa de una idea tradicional de España y del régimen político que debía gobernarla. La realidad fue muy distinta ya que, desde poco tiempo despúes de finalizada la guerra, militares de prestigio que lucharon en el bando franquista como Gonzalo Queipo de Llano, Luís Casado, Rafael García-Valiño, Juan Yagüe, José Enrique Varela, Juan Bautista Sánchez y Alfredo Kindelán, entre otros, manifestaron sus reticencias a aceptar la institucionalización del régimen en lugar de ceder paso a la restauración de la Monarquía en la persona de don Juan de Borbón. Lo mismo sucedicó con algunos destacados franquistas de primera hora. Políticos como Ramón Serrano Suñer, Pedro Sainz Rodríguez o Luís Carrero Blanco defendieron la solución monárquica como la salida más razonable a un régimen nacido en un contexto internacional que, a partir de 1945, había cambiado radicalmente. Como explica César Alcalá en este libro, Franco supo jugar muy bien sus cartas con todos ellos para perpetuarse en el poder hasta su muerte. El autor dedica una atención muy especial a la figura de don Juan de Borbón, a sus aciertos y errores políticos, y a las relaciones de éste con Franco y con don Juan Carlos de Borbón, enormemente deterioradas a partir del momento en el cual el príncipe acepta ser el sucesor del Caudillo en la jefatura del Estado a título de rey.