Frente a la imposibilidad de variar el rumbo de una locomotora cabe asumir el destino o saltar de la máquina y echar a andar solo. Andrés Ortiz Tafur eligió lo segundo, y desde la atalaya que conforma la sierra de Segura: el lugar donde lo condujeron sus pasos, nos cuenta la sinrazón que representa emplear todos los esfuerzos en llegar a fin de mes, teniendo toda una vida por delante.
Los más de 80 textos breves que componen esta obra suponen el relato o el tejido de toda una aventura personal y espiritual: la crónica, a fogonazos, de un recomienzo. De fondo, una voz, un denominador común, nos transmite la idea de que, afortunada o desgraciadamente, en este mundo, a los hallazgos y visiones sólo podemos llegar o acceder a través de un vía crucis". Ernesto Calabuig.
Los apuntes al natural de Andrés Ortiz Tafur concisos, poéticos y esenciales dibujan el mundo entero desde un rincón serrano. Al final de la lectura, sientes que llevas todo el día charlando con un buen amigo en la puerta de su casa, y se os ha hecho de noche sin darte cuenta. Sergio del Molino