La magia, la hechicería y la brujería han sido fieles compañeras de viaje del hombre a lo largo de toda su historia. Estos tres fenómenos son, junto con la religión, los asideros más populares en momentos de crisis. Sin embargo su radio de acción puede abarcar mucho más.
En este trabajo, se estudian las prácticas inquisitoriales más relevantes para el esclarecimiento de algunos de los textos más sobresalientes de la literatura española de los siglos XVI y XVII. Examinados desde un punto de vista sociológico se puede comprobar que, desde la superstición, se tiene acceso no sólo al pensamiento religioso de una época, sino a toda una esfera de elementos relacionados. Nos referimos, por ejemplo, a inquietudes sociales, desigualdades de género, injusticias raciales y conflictos políticos. De este modo, y vistas bajo esta luz, las brujas y hechiceras se perfilan como bisagras, como puntos de transición en una sociedad plagada de contradicciones. Tal es el caso de la mayoría de las mujeres que son objeto de este estudio: Celestina, Claudina, Cañizares, Camacha, Cenotia, Julia, etc., mujeres que tratan de hacerse con un lugar propio en una sociedad que no les pertenece, que intentan convertirse en dueñas de su propio destino en un mundo que les es adverso.
MINA GARCÍA SOORMALLY (Málaga, 1972) es doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Málaga. Su tesis MAGIA, HECHICERÍA Y BRUJERÍA: ENTRE LA CELESTINA Y CERVANTES obtuvo la calificación de sobresaliente «cum laude» por unanimidad y es la base de esta obra que ahora ve la luz. En 1997 se trasladó a EE. UU. para impartir clases de Lengua y Literatura española en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) donde prosiguió su labor investigadora. Como resultado, obtuvo un nuevo doctorado, ahora con énfasis en literatura colonial latinoamericana. Esta nueva tesis defendida en la Universidad del Duke en el año 2007 lleva por título Idolatry and the Construction of the Spanish Empire (Idolatría y la construcción del imperio español). Se trata de un estudio del papel que el concepto de idolatría tuvo en el proceso de conquista espiritual y territorial de las Américas, con especial atención a Nueva España.