Beauregard "Bug" Montage es un esposo, un padre, y un mecánico honesto. Pero alguna
vez fue conocido, desde Carolina del Norte hasta las playas de la Florida, como el mejor
piloto de carreras clandestinas de la región. Tal como su padre, desaparecido hace
muchos años.
Su vida parecía encaminarse, parecía que podía dejar atrás definitivamente el mundo del
crimen, que lo marcó desde pequeño. Pero su situación financiera se ha vuelto
imposible, las necesidades de su familia se acumulan, está endeudado y a punto de
perderlo todo. Pocos lo pueden ayudar en la pequeña ciudad donde vive, llena de
prejuicios raciales.
Bug detesta tener que recurrir a lo único que sabe: buscar un trabajo sucio otra vez,
usando su habilidad incomparable para conducir bajo alto riesgo y a toda velocidad. El
maldito asfalto es su condena, es el legado de su padre, y es donde Bug sabe que
encuentra algo más, casi como una droga.
Por eso acepta participar en un robo de diamantes le jura a Kia su mujer, el último
aún con esos advenedizos que lo han contratado. No debió hacerlo. Algo sale
horriblemente mal, y Bug es arrastrado a un inframundo mugriento y asesino, del que no
sabrá cómo escapar, sin destruir lo que más ama en este mundo.