A medio camino entre el arte y la vida, Jean-Luc Godard convirtió a Anna Karina en su musa y su amante; Billy Wilder y Marilyn Monroe sobrevivieron con éxito relativo a dos rodajes fatídicos juntos y Grace Kelly abandonó a Hitchcock para ser princesa. Esta obra explora esas fricciones entre la realidad y la ficción, a menudo con repercusiones difusas e inconmensurables en ambos terrenos.