Max llega a Tokio para participar en una convención de su empresa multinacional de robótica e inteligencia artificial. A su llegada se siente confuso y tiene alucinaciones que achaca al jet-lag y a los efectos de un accidente sufrido poco tiempo antes.
Desde el principio es distinguido con una atención especial por parte de Kreutz, el presidente de la corporación. Ryukichi, jefe de la sección de organización del evento, es el único participante en el congreso que se acerca a Max y quien le advierte de los rumores que corren sobre las verdaderas intenciones de Kreutz, un loco con poco sentido de la ética y mucho de la ambición.
Santiago Roncagliolo
Tan cerca de la vida