En la tauromaquia, Yannis Ezziadi ha descubierto el último gran vestigio de la tragedia clásica. Se ha sumergido con fervor en este mundo donde el miedo, la valentía, la belleza, el júbilo y la muerte se entrelazan en el crisol de los cosos. Entre bambalinas, contempla fascinado otro espectáculo: el de la zozobra. La angustia de aquellos que se aprestan a apostar su existencia por la sublimidad del gesto. La congoja de quienes ùa veces en plena juventudù se revisten de luces para enfrentarse a las bestias de temibles pitones. Hace ya casi un cuadrienio que, junto a sus camaradas toreros, peregrina por el Mediodía francés, de plazas a ganaderías, en el epicentro de este universo ignoto, singular y cautivador. Cuando el deber lo obliga a retornar al septentrión y sus brumas, escribe, como para resistir hasta la próxima odisea. El resultado es una narración hechizante, teñida de oro y sangre. "Minotauros" es un canto a ese pueblo arcano, unido en el culto a una bestia temida, admirada y venerada: el toro de lidia. Es, además, un grito desgarrador de amor a sus héroes y a sus mártires que, con su sangre, han sal