Francisco de Miranda (1750-1816) es uno de los personajes más fascinantes y enigmáticos de nuestra historia. De pocos hombres podrá decirse que tuvieran la suerte de conocer a casi todos los grandes personajes de su tiempo, pero la azarosa vida sentimental, militar y política del general Miranda lo llevó a tratar de cerca a Catalina la Grande, a George Washington, a William Pitt, a Samuel Adams, a Gregori Potemkin, a Thomas Alexander Cochrane, a Napoleón Bonaparte , y sobre todo a Simón Bolívar, de quien acabaría por convertirse en enemigo íntimo. Como no podía ser de otra manera, el cadáver de Francisco de Miranda, poseedor de una mítica biblioteca y de una no menos mítica colección de vello púbico de sus numerosas amantes, nunca se localizó: perfecto colofón a una trayectoria vital legendaria. No obstante, la participación de Miranda en la toma de Pensacola (1781), su intervención en la Revolución francesa o su frustrante lucha por la independencia de los países americanos son aquí sólo mojones en un camino cuyo recorrido es también una apasionante exploración de la memoria en sus más diversas manifestaciones (la memoria afectiva, la intelectual, la histórica), así como una radical investigación sobre el concepto de traición.