Año de 1166. El rey Fernando II de León, ha llegado a tierras extremeñas. Su objetivo: conquistar el castillo de Abu al Qurq (Alburquerque), enclave defensivo de soberana relevancia, en manos de un caudillo.
Los almohades procedentes del Atlas marroquí, sustituyendo a sus correligionarios almorávides quieren que Al-Andalus, vuelva a sus manos.
Abu Yakud Yusuf I, califa de Sevilla, desea todas las plazas conquistadas por los cristianos.
En Abu al Qurq, coinciden un alférez abanderado cristiano, la hija del caudillo de la plaza, Xatia, Zoroat, renegado de Alá, Zeriat, valiente capitán moro y otros personajes no de menor importancia, como la judía Esther.
En la obra misteriosa, intrigante y de gran suspense hasta el final, se alternan: amor, odio, muerte, valor, lealtad, generosidad, traición, etc.,todo unido a los diferentes miembros de la intriga que quedan ligados entre sí por alguna circunstancia. Nada queda al azar.
Hasta el final de la obra el drama se masca en el acontecer, incluso algún protagonista no acierta a última ora con el halo de misterio que encumbra a la novela.
Narración y diálogo se conjugan, sobre todo este último empleando fraseología del Alto Medievo...