Antonio Gómez-Crespo López (Córdoba, 1949) Licenciado en Ciencias Económicas por la Facultad de Málaga. Fue profesor de Teoría Económica en dicho centro (1972/73) y en la Universidad Autónoma de Madrid (1973/76). En 1975 ingresó en el Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Ha desempeñado diversos cargos en el Ministerio de Economía y Comercio, en la Dirección General de Comercio Exterior, en la que fue subdirector general durante varios años. Además, fue delegado del Ministerio en Ceuta (1976/79). En el extranjero, se desempeñó como consejero económico y comercial en las Embajadas de España en Caracas (1983/85), Praga (1997/2000), París (2010/13) y Riad (2017/19). Vivió con anterioridad en Pasadena (California, EE. UU.), donde fue becario del American Field Service (1966/67). En la esfera privada, a partir de 2001 y durante cuatro años, ha sido consultor autónomo en programas del Banco Interamericano de Desarrollo para formación de funcionarios públicos en comercio exterior en Honduras, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Perú, República Dominicana, Jamaica y Trinidad Tobago. Para la Comisión Europea, ha trabajado en Suazilandia (Sudáfrica). Está en posesión de las encomiendas del Mérito Civil (1980) y de Isabel La Católica (1988). Es miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Ha escrito libros sobre temas económicos (Ceuta y Melilla ante la CEE, Edición Cámara de Comercio, I y N. de Ceuta, 1981; El tráfico de perfeccionamiento activo y pasivo como instrumentos de fomento a la exportación ICEX, Madrid). Ha publicado numerosos artículos sobre temas económicos y otros en diversos diarios y revistas especializadas. Ha participado como actor amateur en grupos de teatro de aficionados.
SINOPSIS CONTRAPORTADA
Los conflictos ideológicos entre estudiantes universitarios en España, desde los últimos años de la Dictadura de Primo de Rivera hasta los comienzos de la II República, fueron fiel reflejo de los que vivía la sociedad española. El protagonista de este relato, un estudiante que defiende con vehemencia la libertad de enseñanza y el papel de la iglesia en la misma, se ve involucrado directamente en los mismos. Posteriormente, se convierte en profesor de instituto de enseñanza media a partir de 1933, siendo destinado ese mismo año a Nerva y, una vez iniciada la guerra civil española, al de Guadix. Ambos centros educativos, sin embargo, tendrán una vida efímera pero intensa, aunque las adversidades que deberá afrontar, empujarán al joven profesor, cuando es destinado al instituto granadino, a tomar decisiones imprevistas.
Por las circunstancias de esa década y las suyas propias, a veces por su propia voluntad y en otras ocasiones, obligado por los lugares donde le tocó vivir, se moverá entre polos enfrentados del espectro ideológico de entonces. Se identificará con la Federación de Estudiantes Católicos, pero luego se enrolará en las milicias de la cultura, brazo alfabetizador del ejercito popular de la República, una vez empezada la guerra civil española.
Todo ello da pie para trenzar, a partir de hechos reales y de una ficción que sirve de argamasa, una narración de las peripecias en que se ve envuelto el joven profesor, mi padre. Este relato permite añadir otra mirada sobre la memoria histórica de ese periodo, alejada de los frentes de batalla y más centrada en los ámbitos de la retaguardia y de la vida de un docente que se ve inmersa en las angustias y los cambios de comportamiento que provocó el cruel enfrentamiento armado.