Un lugar, un tiempo, una voz. Reencarnación está poblado de voces de mujeres. En Cuaderno de vidas pretéritas su piel endurecida se funde con la maleza, el rito; la nieve, el ancestro; la ceniza, la leyenda: ?los pies descalzos / intuyen el polvo de la mezquita?. En Cuaderno de vidas inmediatas su carne suave se expande entre los muros de la ciudad y los objetos, antes cotidianos, están preñados en el verso: ?tu bufanda roja en el fondo del armario / como una herida abierta?. Pero el deseo y la violencia permanecen y permanecen el milagro y el enigma. Atraviesan el mar, los kilómetros de tierra, los siglos. La danza para resucitar a los muertos continua en una calle de París, a finales del siglo XX. Lo salvaje persiste en el amor: ?la niña hambrienta que devora?.