En la familia, en el trabajo, en la pareja, en la amistad... En todo. El dolor es necesario. El optimismo ha de ser realista, y el sufrimiento es inherente a la vida. Y hemos de contar con ello. Ahora bien, nunca más allá de lo que toca, que no es poco, porque, además, suele llegar en un momento inoportuno.
¿Cuándo es pertinente sufrir? Aparentemente nunca, pero, por otro lado, ¿acaso es concebible una vida sin dolor, sin disgustos, sin rupturas, sin duelos? Si el sinsabor ya es parte de la vida... ¿Por qué tenemos que complicarlo más? ¿Para qué? Precisamente de eso va este libro, de poder contar con unas herramientas útiles, sencillas y para cada uno de nosotros, universales, que nos enseñarán el camino para vivir tranquilos y confiados.
Ejercicios, procesos y pautas para encontrar la posibilidad de disfrutar siempre que tengamos ocasión de ello: de vivir, de sentir, de hacer, de responsabilizarse y de enfrentarse a todo lo que dependa de nosotros, mientras siga dependiendo de nosotros; y gestionarlo de la mejor manera posible. Si eres, como yo, de los que quieren VIVIR, intensamente y con mayúsculas, todo el rato, ¡adelante!