Gabriela Mistral destaca como una de las mayores figuras de la literatura chilena. Bajo el estereotipo de la maestra ejemplar y la madre universal, se esconde una escritora que se apodera de la palabra para reconocer a través de su poesía identidades subalternas como las del indígena, el campesino, la mujer o la infancia. Su voz poética da eco a esas múltiples subjetividades para abrirnos nuevas perspectivas, no exentas de contradicciones y ambigüedades, reflejo quizá de la propia trayectoria vital de Mistral.
Su presente obra, Ternura, es ahora recuperada por Averso Poesía tras su última publicación en España en 1924 con el propósito de revivir el poemario más postergado de Mistral y otorgarle su merecido reconocimiento; un histórico olvido acaso motivado por la naturaleza temática de la obra o los prejuicios sociales hacia el universo de la niñez. Pese a su tránsito más inadvertido por la literatura, Ternura se encumbra como una relevante obra mistraliana, donde la autora desnuda su vocabulario de todo artificio para sumergirse en el sincero y tierno lenguaje de la infancia. Y bajo esta singular estética literaria subyace la clara intencionalidad de Mistral, que no es otra que recuperar la tradición oral de la canción de cuna latinoamericana, influida por el colonialismo europeo. Como ella misma señaló: «Lejos del solar español, a mil leguas de él, continúo escudriñando en el misterio cristalino y profundo de la expresión infantil».