Ironía, continuo montaje y desmontaje. La entrada al templo no tiene entrada nos dice el imprescindible José Kozer (La Habana, 1940), el otro que sigue caminando. Para que la iluminación sea posible debe haber vacío. Pero ese vacío se logra mediante la risa. No tomarse demasiado en serio para poner lo vital en juego. Vacío y sombra: satori (o iluminación). Dice Tanizaki: Tenemos en nuestras salas de estar ese hueco llamado toko no ma que adornamos con un cuadro o con un adorno floral; pero la función esencial de dicho cuadro o de esas flores no es decorativa en sí misma, pues más bien se trata de añadir a la sombra una dimensión en el sentido de la profundidad. La palabra poética de Kozer es palabra viva, la iluminación es esa experiencia. Lo cotidiano, lo mundano, lo escatológicamente personal (biográfico) junto a los maestros orientales releídos. Estas son las paredes de papel con las que José Kozer construye su Tokonoma. Da forma al vacío. Pero nos recuerda Tanizaki: dónde reside la clave del misterio? Pues bien, voy a traicionar el secreto: mirándolo bien no es sino la magia de la sombra; expulsad