En los años treinta, el barrio neoyorquino de Williamsburg no ofrecía muchas posibilidades para un joven judío soñador. La vida se escurría por las escaleras de las bulliciosas casas de vecindad, entre gritos de madres agotadas y el llanto de los niños. Los muchachos llenaban las casas de apuestas a la espera de que un golpe de suerte les abriera la puerta a un futuro mejor, y por las calles señoreaban bandas de gánsteres, al servicio de algún mafioso local.
Pero Max Balkan no había nacido para malgastar su tiempo en aquel agujero, consumiéndose en un trabajo de poca monta por doce dólares a la semana. Quería poder, dinero, vivir con grandeza, esplendor y dignidad, y sabía cómo conseguirlo. Solo debía esperar a que alguna de sus increíbles ideas llamase la atención de una gran empresa. Cuando lo consiguiera, ganar el primer millón de dólares sería solo cuestión de tiempo
La obra de Fuchs es un retrato único de la comunidad judía en el Brooklyn de los años treinta; de las casas de vecindad, de las pandillas callejeras, de la realidad cotidiana de muchas familias de inmigrantes que chocaba con sus sueños, alimentados por los esplendorosos productos de Hollywood. Para muchos, Tributo a Blenholt es la mejor novela de Fuchs, una obra de culto que, con humor y ternura, nos muestra el profundo vacío espiritual que anidaba en el corazón del Estados Unidos durante la Gran Depresión, captando mejor que cualquier otra novela de la época la sensación de vivir sin un pasado o ninguna esperanza para el futuro.