"No hay mucha gente que pueda ver a los muertos (y tampoco mucha que quiera verlos). Pero Johnny Maxwell, de doce años, sí puede. Y tiene que darles malas noticias: el ayuntamiento quiere vender el cementerio para edificar en el solar. Sin embargo, los muertos han aprendido un par de cosas de Johnny y no se van a quedar tumbados esperando... sobre todo en la víspera de Halloween.