"En Trueno, Laura Cumming revela su pasión por el arte del Siglo de Oro holandés y su determinación por reivindicar a Fabritius. Nos descubre los Países Bajos, donde se encuentra con la rica realidad que se escondetras la resplandeciente belleza de Vermeer y Rembrandt, Hals y de Hooch. También comparte su relación con su padre, el artista escocés James Cumming, que tenía su propia y profunda conexión con la pintura holandesa, y que le enseñó el color, la luz y la recompensa de mirar profundamente.