En la lógica de los libros de viajes suele ocurrir que antes de que la nave arribe a su destino, se produzca un accidente y que de el resulte la clave de acceso a lo inesperado. Jonathan Swift utiliza ese recurso en los viajes de Gulliver y lo hace con una manifiesta intención: ubicar a su aventurero en tierras extrañas habitadas por personajes fantásticos que servirán de excusa para una implacable critica a la sociedad europea. Son las fabulosas criaturas las que se horrorizan por las costumbres occidentales, dejando a salvo al autor de la censura que se ejercía en esa época. Escrito hace mas de 280 años, este libro tiene la vigencia que solo pueden ostentar los clásicos de la literatura: el humor, la crítica a los políticos, la preocupación social, la ironía acerba del poder, el fin, el escepticismo sobre el género humano lo convierte en un admirable texto.