En Whiskey Creek todo el mundo recordaba a Sophia DeBussi como a una adolescente mezquina. Especialmente Ted Dixon, cuyo amor ella despreció una vez.
Pero Sophia había tenido que pagar un alto precio por todas sus transgresiones de juventud. Se había casado con un hombre rico y poderoso que había resultado ser un maltratador. Un buen día, su marido desapareció y Sophia no tardó en descubrir que lo había hecho huyendo de una investigación del FBI sobre su firma de inversiones. Y no solo se marchó dejando a Sophia en la miseria, sino obligándola a enfrentarse sola a todas las personas del pueblo a las que había estafado.
Para pagar las cuentas y mantener a su hija no le quedó más remedio que aceptar un puesto de trabajo como empleada de hogar de Ted, convertido con los años en un exitoso escritor de novelas de misterio. Ted no podía darle la espalda, aunque se negaba a involucrarse sentimentalmente con ella