En la historia universal de la poesía habrá pocos casos como el de Góngora y «Cántico»: la actualidad del lenguaje de un poeta, unos cuantos siglos después, multiplicado en voces nuevas y únicas, totalmente distintas de su maestro y entre sí, pero con una continuidad admirable. La identificación entre los dos polos admirado y admirador es tal que solo tiene equivalente en la unión que se da entre los dos términos de la metáfora, el real y el figurado. (Juan Antonio González-Iglesias)