La voz confabulada es una sugerencia introspectiva sobre esas voces, que nos
hablan a través del pensamiento.
De cuando en cuando, hay una voz extraña que se confabula contigo. Podría se
algo inmanente: una voz que surge de tu subconsciente. O, tal vez, una voz de
origen trascendente, una voz que viene de afuera, de un ser superior que te
conduce sutilmente y que podría hacerse pasar, engañosamente, por tu imaginación.
En cualquier caso, te asevera, pregunta, inquiere por tu sentido en el
mundo, por el valor real de tu memoria, por tu inventada personalidad, por lo
que has de hacer o no hiciste, o por el regreso a casa cuando exhales tu último
aliento. Te acompaña como un ser fastidioso, inoportuno y dudosamente sabio.
Te hace ver la vida como un sinfín de posibilidades atadas a tu decisión. ¿Qué
es? ¿El daimón al que Sócrates obedecía? ¿El ángel o demonio medieval? ¿La
voz de tu conciencia? ¿La de tu frustración? ¿O la sale de esa enorme caverna
donde quedan los recuerdos que nos negamos a ver? Cada cual tiene su
respuesta, porque hay una respuesta para cada cual. Una respuesta que solo se
confirmará el día que hayamos de partir hacia el ?no tiempo?.
El autor de esta obra se limita a llevar un barco: el de su oficio como escritor.
Puede largar velas, recogerlas, girar o no el timón, atar cabos aquí y allá? Pero
la tormenta a la que se enfrenta a mar abierto nunca sabrá si procede de su
interior o de una fuerza superior que le sobrepasa. Como todos, nunca tendrá
en esta vida la certeza.