Úrsula Libélula vivía sola en una casita húmeda situada en medio del estanque. No le gustaba que la molestasen, por lo que no invitaba nunca a nadie. Pero un día alguien se acercó a grandes saltos a casa de Úrsula. Era Amancio Batracio, quién se instaló en el estanque formando una prolífica familia que obligó a Úrsula a mudarse, momento en el que se dio cuenta de que vivir sola no era lo que realmente deseaba.