Alejandra ha pasado toda su vida al lado de su madre, una mujer extraña, nada sabe de su pasado. De pueblo en pueblo transcurren sus vidas. ¿De qué están huyendo constantemente? Piensa sin atreverse a preguntar a su madre que no deja de mirar por la ventana escondida tras los visillos. Nada sabe de su familia. Cecilia es una mujer sin pasado. Un día, Alejandra al llegar del colegio, la encuentra inmóvil con la mirada fija sentada en la vieja mecedora, mirando tras los visillos de la ventana.
No le resulta extraño, acostumbra a hacerlo a diario, sin embargo, está fría y su corazón no tiene latido, su cuerpo yace sin vida. Tras la muerte de Cecilia, Alejandra se traslada a vivir con su padre...